ÍndiceFicha de Irina
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Ficha de Irina
ZaRi Lun Sep 28, 2009 11:35 pm
Keka: .:.DaRk.Zarita.:.
Nombre del personaje: Irina Yúrievna Karaeva (Para los que no se han informado, Yúrievna es el patronímico, es decir, el nombre del padre -en versión femenina- y Karaeva el apellido ._.)
Edad del Personaje: 20
Cuantos años aparenta físicamente: Pues eso... 20
Nacionalidad del personaje: Rusa
Foto del personaje:
Descripción psicológica o mental del personaje:
Tranquila, a veces fría. Calculadora. Algo introvertida, pero con la gente que conoce es más abierta. De tanto en tanto le dan arrebatos algo infantiles, ya que, al pasarse su infancia sin disfrutarla, a veces la recupera en momentos presentes. (No es síndrome de Peter Pan xD)
Inteligencia destacable, la ha convertido en una de sus armas.
No le gustan las peleas ni la visión que tiene la gente de la mafia, pero eso es algo que relatará ella misma...
Descripción física del personaje:
Ha heredado el pelo y los ojos de su madre, castaños. Mide 1'70 y bueno, ya se ve en la foto ._.
Historia del personaje:
Mi nombre es Irina. Soy la única hija del matrimonio Karaeva, una pareja noble y buena que vive en un pueblecito de la estepa rusa. Mi padre, al que mamá suele llamar Yúrik, tiene una tienda modesta. Ella lo ayuda siempre que puede.
Cuando era pequeña, papá me solía llamar reina. Se ve que eso es lo que significa mi nombre. Pronto se dieron cuenta de que iba más avanzada que los demás en el colegio. Mucho más... Tanto que sacrifiqué mi infancia y mi adolescencia en estudiar. Además de eso, aprendí a hacer maravillas con los ordenadores. Pero eso os lo explicaré más adelante.
Puede que no lo creáis, pero a mi edad ya soy médico. Entré en la Universidad a los 16 años. Mis padres perdieron mucho para pagarla. Además, para que no tuvieran que seguir gastando en mí, acabé la facultad antes que los demás y me puse de inmediato a trabajar.
Me trasladé a Moscú, donde conseguí un apartamento más bien pequeño, y empecé a ejercer la profesión en el hospital. Allí fue donde cambió mi vida, no hace mucho.
Era una noche tremendamente tormentosa, y yo estaba de guardia. Rondaban las 3 o las 4 de la madrugada cuando llegó un joven herido a Emergencias. Ningún médico quería tratarlo, de hecho, y ninguno me respondió el porqué. Me decidí a ocuparme yo de él. Tenía una herida muy fea de bala en el hombro, además de un corte profundo en el abdomen. Si no me daba prisa de desangraría, por lo que no me lo pensé mucho más.
Cuando terminé de tratarlo, me miró sonriente. Pero no sonreía como una persona agradecida, sino que lo hacía de un modo irónico, casi perverso. Tenía los ojos grises como el cielo de invierno, y el pelo rubio.
-¿Sabes por qué nadie quería curarme, pequeña?
No respondí. Me llamó pequeña, pero no debía tener más que dos años o tres más que yo. Su mirada dejaba entrever una soberbia que se me antojó misteriosa, en cierto modo, como si supiera más cosas que el resto de los mortales. El hecho de llamarme "pequeña" no era sino un modo de decirme que no era más que una joven inocente e ingenua.
De hecho, lo era. Él siguió hablando.
-No sabes cómo funcionan las cosas aquí... Podría decirte que la mitad de gente que está ahí fuera -señaló la puerta de su habitación- desea verme muerto.
-¿Por qué?
Ante mi total ignorancia sobre el asunto, puso cara de sorpresa por un instante y rompió a reír. Entonces me explicó el "arte" de la mafia. Esa gente que podía hasta controlar el rumbo de un país, si lo deseaba. Yo, como niñita de pueblo cegada a los males de la gran ciudad, me quedé totalmente a cuadros. Era como si hubiera llevado una venda en los ojos toda mi vida, y él me la hubiera quitado.
Comprendí que mis padres eran honrados prácticamente para nada. Y también comprendí que, al haber salvado la vida de ese joven, me ganaría enemigos. Pero lo peor fue que mi esquema de la vida se destrozó, así que decidí empezar de nuevo.
La cuestión era, en ese momento... ¿qué iba a hacer?
-Te noto confusa.
-¿Te extraña, acaso?
Esta conversación empezó la tarde siguiente. La tenía libre, y pasé a verle a su habitación. Temía que la administración del hospital lo echara o algo por el estilo, pero de repente todo el mundo lo trataba muy bien. Al parecer, su padre había movido hilos.
-Aún no me he presentado...¿Verdad? Puedes llamarme Stanislav. Creo que por tu seguridad, es mejor que no te dé mi nombre entero.
-Yo soy Irina.
-Irina... -sonrió, pero esta vez como una persona normal- Como ya te dije ayer, tendrás que reconsiderar tus, ideas, llamémoslo así, sobre la vida en Moscú.
-Lo sé -no podía mirarlo a la cara. Desde luego, su aspecto hacía honor a su nombre.
Se levantó con dificultad. Le dije que volviera a la cama, pero no me hizo caso. Al intentar andar, se tambaleó peligrosamente y tuve que sujetarlo. Se apoyó levemente en mí, y me habló en susurros.
-¿Quieres saber lo que puedes hacer...? Ven conmigo, únete a mi familia. Sé mi reina, Irina.
Y la verdad es que así fue. Me introdujo en su familia, me gané la simpatía de casi todos, creo. Pronto supieron aprovechar mis capacidades mentales. Como había dicho, tengo mucha idea de ordenadores y eso. Pues bien, no hay sistema que se me resista. Es la estafa moderna, en fin...
La mafia de la familia de Stanislav no era como la que se ve en las películas. ¿Tiroteos con ametralladoras, persecuciones con la policía? Se reían de todo ello. Sí, tenían sus matones, como todos, pero para ellos la mafia más peligrosa y efectiva era aquella que podía manipular desde la sombra. Un telefonazo hace maravillas, un contacto por aquí y otro por allá y tienes todo solucionado. Por ciertas peleas con otra familia, el nombre del joven había trascendido, pero era un hecho poco común.
Aparte de todo esto, me enseñaron a defenderme. Nunca me ha gustado todo esto, pero soy capaz de manejar un arma de fuego decentemente y algo de defensa personal. Aún así, si tenía que salir prefería hacerlo de incógnito, y fuera problemas. Que se encargaran los matones de ensuciarse las manos.
Al cabo de unos meses, Stanislav y yo nos prometimos, pero no llegué a casarme con él. Me envió de viaje a Londres a hacer un encargo, por así decirlo. Mientras yo estaba allí, hubo una trifulca muy grave en Moscú. Lo vi por las noticias (sí, aprendí inglés). Dos familias rusas de la ciudad se habían reunido en una zona apartada, y dicha reunión había acabado con un tiroteo que terminó con las vidas de los máximos dirigentes de ambas organizaciones. Padres e hijos...
Yo sabía que tenían que ir a ese lugar... En realidad yo tendría que haber estado allí, pero creo que él me hizo ir a Londres para protegerme, porque sabían que algo malo podía pasar.
Tras aquello, la familia se disolvió por completo y ahora estoy sola. Mis padres creen que el novio que nunca llegué a presentarles tuvo un accidente de coche, ja.
Antes de marcharme, me dio su bracalete negro y plateado. Lo empezó a llevar poco después de conocernos, y cuando miré el reverso vi que tenía grabadas nuestras iniciales. Incluso antes de pedirme nada, ya sabía que iba a conseguir lo que quería. Menudo... Ahora llevo esa joya siempre conmigo.
Bueno... He conseguido superar todo lo que pasó. Son gajes del oficio, digamos. Me prepararon para soportar golpes como ése, pero aún así fue duro. Tampoco tengo nadie de quien vengarme, ya que las personas que mataron a Stanislav murieron también.
Ahora estoy sola, esperando una nueva oportunidad, viviendo como puedo.
Propiedades del Personaje:
Pisito. Posesiones: ordenador guay en el pisito para hacer trapicheos, bracelete de Stanislav.
Armas:
Cadena (no siempre la lleva) Navaja suiza en el bolsillo, spray anti-violación en el bolso D:
Ocupación:
Camarera del Black Cat (yeah!) Trapicheos menores hasta que encuentre otra organización.
Vicios:
Teñirse el pelo cuando va de incógnito (?), el Vodka (sin pasarse)
Banda/Pandilla/Organización o Familia a la que perteneces: Ninguna.
Rango o ocupación en el grupo: Ninguno.
Objetivos: ¿Objetivos? Encontrar uno.
Dinero: 175.
Nombre del personaje: Irina Yúrievna Karaeva (Para los que no se han informado, Yúrievna es el patronímico, es decir, el nombre del padre -en versión femenina- y Karaeva el apellido ._.)
Edad del Personaje: 20
Cuantos años aparenta físicamente: Pues eso... 20
Nacionalidad del personaje: Rusa
Foto del personaje:
- Spoiler:
Descripción psicológica o mental del personaje:
Tranquila, a veces fría. Calculadora. Algo introvertida, pero con la gente que conoce es más abierta. De tanto en tanto le dan arrebatos algo infantiles, ya que, al pasarse su infancia sin disfrutarla, a veces la recupera en momentos presentes. (No es síndrome de Peter Pan xD)
Inteligencia destacable, la ha convertido en una de sus armas.
No le gustan las peleas ni la visión que tiene la gente de la mafia, pero eso es algo que relatará ella misma...
Descripción física del personaje:
Ha heredado el pelo y los ojos de su madre, castaños. Mide 1'70 y bueno, ya se ve en la foto ._.
Historia del personaje:
Mi nombre es Irina. Soy la única hija del matrimonio Karaeva, una pareja noble y buena que vive en un pueblecito de la estepa rusa. Mi padre, al que mamá suele llamar Yúrik, tiene una tienda modesta. Ella lo ayuda siempre que puede.
Cuando era pequeña, papá me solía llamar reina. Se ve que eso es lo que significa mi nombre. Pronto se dieron cuenta de que iba más avanzada que los demás en el colegio. Mucho más... Tanto que sacrifiqué mi infancia y mi adolescencia en estudiar. Además de eso, aprendí a hacer maravillas con los ordenadores. Pero eso os lo explicaré más adelante.
Puede que no lo creáis, pero a mi edad ya soy médico. Entré en la Universidad a los 16 años. Mis padres perdieron mucho para pagarla. Además, para que no tuvieran que seguir gastando en mí, acabé la facultad antes que los demás y me puse de inmediato a trabajar.
Me trasladé a Moscú, donde conseguí un apartamento más bien pequeño, y empecé a ejercer la profesión en el hospital. Allí fue donde cambió mi vida, no hace mucho.
Era una noche tremendamente tormentosa, y yo estaba de guardia. Rondaban las 3 o las 4 de la madrugada cuando llegó un joven herido a Emergencias. Ningún médico quería tratarlo, de hecho, y ninguno me respondió el porqué. Me decidí a ocuparme yo de él. Tenía una herida muy fea de bala en el hombro, además de un corte profundo en el abdomen. Si no me daba prisa de desangraría, por lo que no me lo pensé mucho más.
Cuando terminé de tratarlo, me miró sonriente. Pero no sonreía como una persona agradecida, sino que lo hacía de un modo irónico, casi perverso. Tenía los ojos grises como el cielo de invierno, y el pelo rubio.
-¿Sabes por qué nadie quería curarme, pequeña?
No respondí. Me llamó pequeña, pero no debía tener más que dos años o tres más que yo. Su mirada dejaba entrever una soberbia que se me antojó misteriosa, en cierto modo, como si supiera más cosas que el resto de los mortales. El hecho de llamarme "pequeña" no era sino un modo de decirme que no era más que una joven inocente e ingenua.
De hecho, lo era. Él siguió hablando.
-No sabes cómo funcionan las cosas aquí... Podría decirte que la mitad de gente que está ahí fuera -señaló la puerta de su habitación- desea verme muerto.
-¿Por qué?
Ante mi total ignorancia sobre el asunto, puso cara de sorpresa por un instante y rompió a reír. Entonces me explicó el "arte" de la mafia. Esa gente que podía hasta controlar el rumbo de un país, si lo deseaba. Yo, como niñita de pueblo cegada a los males de la gran ciudad, me quedé totalmente a cuadros. Era como si hubiera llevado una venda en los ojos toda mi vida, y él me la hubiera quitado.
Comprendí que mis padres eran honrados prácticamente para nada. Y también comprendí que, al haber salvado la vida de ese joven, me ganaría enemigos. Pero lo peor fue que mi esquema de la vida se destrozó, así que decidí empezar de nuevo.
La cuestión era, en ese momento... ¿qué iba a hacer?
-Te noto confusa.
-¿Te extraña, acaso?
Esta conversación empezó la tarde siguiente. La tenía libre, y pasé a verle a su habitación. Temía que la administración del hospital lo echara o algo por el estilo, pero de repente todo el mundo lo trataba muy bien. Al parecer, su padre había movido hilos.
-Aún no me he presentado...¿Verdad? Puedes llamarme Stanislav. Creo que por tu seguridad, es mejor que no te dé mi nombre entero.
-Yo soy Irina.
-Irina... -sonrió, pero esta vez como una persona normal- Como ya te dije ayer, tendrás que reconsiderar tus, ideas, llamémoslo así, sobre la vida en Moscú.
-Lo sé -no podía mirarlo a la cara. Desde luego, su aspecto hacía honor a su nombre.
Se levantó con dificultad. Le dije que volviera a la cama, pero no me hizo caso. Al intentar andar, se tambaleó peligrosamente y tuve que sujetarlo. Se apoyó levemente en mí, y me habló en susurros.
-¿Quieres saber lo que puedes hacer...? Ven conmigo, únete a mi familia. Sé mi reina, Irina.
Y la verdad es que así fue. Me introdujo en su familia, me gané la simpatía de casi todos, creo. Pronto supieron aprovechar mis capacidades mentales. Como había dicho, tengo mucha idea de ordenadores y eso. Pues bien, no hay sistema que se me resista. Es la estafa moderna, en fin...
La mafia de la familia de Stanislav no era como la que se ve en las películas. ¿Tiroteos con ametralladoras, persecuciones con la policía? Se reían de todo ello. Sí, tenían sus matones, como todos, pero para ellos la mafia más peligrosa y efectiva era aquella que podía manipular desde la sombra. Un telefonazo hace maravillas, un contacto por aquí y otro por allá y tienes todo solucionado. Por ciertas peleas con otra familia, el nombre del joven había trascendido, pero era un hecho poco común.
Aparte de todo esto, me enseñaron a defenderme. Nunca me ha gustado todo esto, pero soy capaz de manejar un arma de fuego decentemente y algo de defensa personal. Aún así, si tenía que salir prefería hacerlo de incógnito, y fuera problemas. Que se encargaran los matones de ensuciarse las manos.
Al cabo de unos meses, Stanislav y yo nos prometimos, pero no llegué a casarme con él. Me envió de viaje a Londres a hacer un encargo, por así decirlo. Mientras yo estaba allí, hubo una trifulca muy grave en Moscú. Lo vi por las noticias (sí, aprendí inglés). Dos familias rusas de la ciudad se habían reunido en una zona apartada, y dicha reunión había acabado con un tiroteo que terminó con las vidas de los máximos dirigentes de ambas organizaciones. Padres e hijos...
Yo sabía que tenían que ir a ese lugar... En realidad yo tendría que haber estado allí, pero creo que él me hizo ir a Londres para protegerme, porque sabían que algo malo podía pasar.
Tras aquello, la familia se disolvió por completo y ahora estoy sola. Mis padres creen que el novio que nunca llegué a presentarles tuvo un accidente de coche, ja.
Antes de marcharme, me dio su bracalete negro y plateado. Lo empezó a llevar poco después de conocernos, y cuando miré el reverso vi que tenía grabadas nuestras iniciales. Incluso antes de pedirme nada, ya sabía que iba a conseguir lo que quería. Menudo... Ahora llevo esa joya siempre conmigo.
Bueno... He conseguido superar todo lo que pasó. Son gajes del oficio, digamos. Me prepararon para soportar golpes como ése, pero aún así fue duro. Tampoco tengo nadie de quien vengarme, ya que las personas que mataron a Stanislav murieron también.
Ahora estoy sola, esperando una nueva oportunidad, viviendo como puedo.
Propiedades del Personaje:
Pisito. Posesiones: ordenador guay en el pisito para hacer trapicheos, bracelete de Stanislav.
Armas:
Cadena (no siempre la lleva) Navaja suiza en el bolsillo, spray anti-violación en el bolso D:
Ocupación:
Camarera del Black Cat (yeah!) Trapicheos menores hasta que encuentre otra organización.
Vicios:
Teñirse el pelo cuando va de incógnito (?), el Vodka (sin pasarse)
Banda/Pandilla/Organización o Familia a la que perteneces: Ninguna.
Rango o ocupación en el grupo: Ninguno.
Objetivos: ¿Objetivos? Encontrar uno.
Dinero: 175.
Última edición por ZaRi el Sáb Oct 03, 2009 1:08 pm, editado 4 veces
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Re: Ficha de Irina
cunninguluskawa Vie Oct 09, 2009 4:03 am
[quote="Nietzsche"]
DENEGADA
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cunninguluskawa- Cantidad de envíos : 23
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