Ficha de Marcus

Rambard Dom Sep 27, 2009 2:18 pm

Nombre Habbo
Rambard-

Nombre del personaje
Marcus.

Nacionalidad
Ruso.

Organización
Ninguna. Sólo mata a quien le place junto con su hermana.

Imágen

Spoiler:

Descripción física
Es un niño de 11 años, pelo blanco y ojos violetas. No es precisamente musculoso y alto, no obstante, puede levantar un hacha con una mano y utilizarla, sin dificultad alguna. Siempre suele vestir ropas tétricas.

Descripción psicológica
Desde que tiene uso de razón ha estado viendo sangre, y le han obligado a matar gente. Esto ha hecho que piense que el mundo se rige, y sigue girando, por muertes. Le divierte enormemente matar, y cuando no está matando suele aburrirse y permanecer serio, o planeando un asesinato más grande. Siempre ha tenido sólo a su hermana Alice, por lo que ha desarrollado un amor y dependencia exagerados hacia ella.

Historia
Uhm... ¿cual es mi primer recuerdo? Oh, sí, sangre, dulce y cálida sangre... Tendría cinco o seis años, creo... sí, cinco años. Estaba torturando a un hombre mientras nuestro padre nos grababa. Ya tenía la cara desfigurada en una preciosa mueca... ¡sí, justo esa misma cara! ¡era tan divertido! Sentí la mirada de mi hermana, lo que me hizo sonreir, y seguir con la tortura. Le saqué los ojos y se los enseñé a Alice, sonriente, aunque no estaba mirando. En ese momento, ella sacó el hígado manchándonos a los dos de sangre, y me reí por ello. Entonces escuché el típico "¡Corten!", lo que hizo que en cierto modo me entristeciera, se estaba haciendo divertido...

Al menos, me consolé tomando la mano de mi hermana, que ella me tendía, y apretándola un poco, sonriendo.

Así pasaban los días, pero en casa también había violencia y sangre, vivíamos una de las películas que hacíamos, por así decirse. Nuestro padre pegaba a nuestra madre, por llevarle la contraria diciendo una tontería de que no nos lo mereciamos, o algo así. ¿Qué demonios le importaba a ella? Si nos molestase nos habriamos quejado, ¿no?. Por eso mismo siempre me reía cuando él le daba una paliza y la dejaba sangrando y llorando. Pero de vez en cuando, también mi hermana se llevaba palizas. Puto bastardo, ¿cómo se atrevía? a mi también me daba, pero, ¿qué coño me importa?.

Siempre que la devolvía, llorando y sangrando, yo la recibía abrazándola, sin soltarla, durante horas enteras, hasta que volvían a vestirnos y demás para grabar de nuevo. En la próxima ocasión, bajamos al sótano, donde estaba nuestra madre colgando de una cadena del techo. Esto hizo que sonriese muy ampliamente, esa zorra se iba a llevar su merecido de una vez por todas, ya me estaba aburriendo. Fuí hacia el baul que había allí, con armas, y cogí una que me gustó mucho. Era un hacha, mi hacha. Me reí por lo bajo y me quedé observando a Alice atacarla, sonriente. Nos salpicaba a ambos la sangre, y cuando me tocó a mi, le hice un tajo en una pierna, sin piedad. Seguí cortándola, riéndome de lo que estaba viendo, hasta que al final nuestro padre nos apartó de una bofetada. Le quitó la guadaña a Alice, y se acercó a nuestra madre, besándola, para luego degollarla.

Entonces sin ningún motivo el muy bastardo nos agarró de los pelos y nos llevó a rastras al cuarto, pero sólo me encerró a mi. ¿qué coño pretendía? Me quedé encerrado, sentado en una esquina, mientras escuchaba los espectrales gritos de Alice. Nunca la había oido gritar de esa manera, y se me vino a la cabeza qué estaba pasando. Aprete mucho los dientes y los puños hasta que las manos me sangraron.

Cuando trajo a Alice, la miré, desnuda, como yo había sospechado. Que hijo de la grandísima puta... me alegraba de que había guardado el hacha.

Me agarró luego a mi, y me llevó a rastras hacia la habitación, cosa que yo me dejé. Una vez cerrada la puerta y él de espaldas, le clavé furiosamente el hacha en una pierna, sin contenerme, e intenté cortársela. No lo logré, pero sí que gritó como el jodido cerdo que era. Me agarró de la muñeca y apretó muchísimo, partiéndomela, y haciendo que soltase el hacha. La solté, pero seguía clavada en su pierna.

Enfurecido, se desclavó el hacha y me la clavó a mi en una pierna, y siguió dando hachazos hasta que se cansó. Me ató a una pared luego, y me propinó la más brutal paliza que había recibido en mi vida. Puñetazos, patadas, cabezazos... pero no lloré y traté en vano de no gritar. También me reía de toda la sangre que había, y le escupí en un ojo, saliva mezclada con sangre. Me propinó un último puñetazo en el estómago que me hizo vomitar bilis y sangre y quedé casi inconsciente. Me desató y me llevó de nuevo a la habitación, lanzándome dentro bruscamente.

Fuí recibido con la mirada preocupada de Alice. No lo ví, no lo escuché, sólo lo supe. Me limpió las heridas sangrantes, me vendó, y me abrazó a ella en el lecho. Me estremecí, pero no de miedo, sino de impotencia, de dolor y de enfado.

Pasaron los días, no sé cuantos, hasta que ya estaba más o menos mejor, y ella me susurró un plan. Sonreí y aprovechando mis heridas, y con su ayuda, me eché tal cual me dejó él, en el suelo, fingiendo estar muerto, pero con el hacha escondida debajo de mi, en el mismo momento en el que él entraba.

Como me esperaba, preguntó si me había muerto, no preocupado, sino para usarme en otra de esas jodidas películas. Procuré aguantar la risa, y cuando se acercó para levantarme, vi por el rabillo del ojo a Alice atacarle por la espalda. Cogí entonces el hacha y le propiné, con todas mis fuerzas, un enorme tajo en el estómago, salpicándolo todo de sangre.

Alice se posó sobre su pecho y le segó los genitales con la guadaña, mientras que yo, con mi hacha, le cortaba las piernas, riéndome a pleno pulmón. Finalmente me acerquéa él, sonriente, y le corté la cabeza sin piedad. Lancé el hacha a la pared, quedando esta clavada, y le di un breve beso en los labios a Alice, sonriente.

"Vámonos de aquí, hermana. Esto me ha dejado con sed de sangre. Quiero matar más." le dije a Alice. La cogí de la mano y me fuí corriendo junto a ella, riéndome, y salimos a la calle, en busca de alguien a quien matar.

Armas
Suele llevar siempre a mano su mortífera hacha, pero muchas veces, cuando "cambia el rol" con su hermana, lleva su guadaña.

Dinero
50.

Otros
Muchas veces cambia el rol con su hermana, vistiéndose este de ella y viceversa. Puede imitar perfectamente su voz, y el disfraz es perfecto.